Un Recuerdo que Cobra Vida
Un Recuerdo que Cobra Vida
Hoy ha sido un día especial, uno de esos momentos en los que el tiempo parece detenerse y los recuerdos emergen con una fuerza inesperada. Mientras organizaba algunos papeles y objetos guardados, me he encontrado con un dibujo que hice hace 14 años para el bautizo de mi nieto Aarón. Al verlo, una ola de emoción me ha invadido.
Cada trazo, cada color, cada detalle plasmado en ese dibujo me ha transportado a aquel día tan significativo. Recuerdo la ilusión con la que preparé todo, el amor que puse en cada línea y la felicidad que sentí al entregárselo. Era un símbolo de bienvenida, un gesto sencillo pero lleno de cariño para ese pequeño ser que llegaba a nuestras vidas.
Ahora, tantos años después, sostengo ese dibujo entre mis manos y me doy cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. Aquel bebé que un día sostuvimos con ternura es ahora un adolescente con sueños propios y un camino por recorrer. Sin embargo, al reencontrarme con este dibujo, siento que ese lazo especial entre nosotros sigue intacto, que el amor que nos une ha crecido con los años y que los recuerdos, por más lejanos que parezcan, siempre encuentran la manera de volver para hacernos sonreír.
Este hallazgo ha sido un regalo inesperado, un recordatorio de que los momentos vividos con amor nunca se pierden, sino que permanecen en algún rincón de nuestra memoria, esperando el instante perfecto para volver a emocionarnos.
Hoy día 5 de marzo, cumpe 14 años. Desde estas líneas quiero felicitarle con todo mi cariño.
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